¡Hola! Soy Lú y te quiero platicar de cómo mi perrito Pepé Le Pew me salvó la vida.

Siempre he sido una persona cariñosa y amable, pero hace unos años me hundí en una profunda depresión. Me sentía sola, aislada y sin esperanza. Ya no quería levantarme de la cama, y ni siquiera tenía fuerzas para cuidar de mí misma. Pasaban días en los que no me bañaba, no comía o cuando comía lo hacía hasta explotar. Me sentía incapaz de trabajar, estuve a punto de que me corrieran. No toleraba la interacción social ni con mis mejores amigas, incluso me costaba mucho trabajo ver a mi novio y familia. El simple hecho de saberme viva me hundía, me sofocaba, me ahogaba. ¿Te ha pasado?

Pero un GRAN día, el mejor día de mi vida hasta ahora, Pepe llegó. En cuanto me vio, se me acercó y empezó a lamerme la cara. Me sentí como si me hubiera abrazado un ángel y desde ese día mi vida cambió para siempre. Pepé me dio la fuerza para salir de la cama, para empezar a cuidar de mí misma y para volver a conectar con el mundo. Las salidas a tomar el aire y sol empezaron a ser más frecuentes. Mi vida cambió por completo. No me dejaba sola, se acurrucaba, me lamía, se dejaba abrazar, se dejaba querer. No necesitaba explicaciones, no preguntaba, no asumía, no juzgaba. Y eso es lo más maravilloso del mundo. 

Poco a poco, todo comenzó a aclararse. De un momento a otro, tenía una razón de existir. Tenía un propósito. Alguien dependía de mí; Pepe Le Pew me necesitaba.

Me acompañó en mis small victories. Y lo sigue haciendo. Cada pequeño o gran logro, es gracias a él  y le estoy eternamente agradecida por salvar mi vida. Me hace reír, me hace sentir amada y me da la fuerza para seguir adelante. 

Y pues, es así, como nace este proyecto. Considero que no soy una persona más que vende tazas y otros productos, considero que soy alguien que acompaña y que desea que estos ángeles tan especiales vivan en nosotros para siempre, porque no siempre estarán de manera física, pero estoy segura que nos cuidan desde el paraíso de los animalitos. Pero por lo pronto, me encanta la idea de sentirme amada por un perrito viéndolo todos los días en mi tacita mientras tomo mi café, y quiero eso para ustedes también.

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Quiero decirte que si tú has estado o te encuentras pasando por la misma situación o enfermedad, no has llegado hasta aquí por una mera coincidencia. Necesitas saber que hay alguien para ti, dispuesta a escucharte y abrazarte de lejos. Nuestras mascotas son los ángeles que nos consuelan, pero, si necesitas que un ser humano te escuche, aquí me encuentras. No soy un profesional certificado, pero sé ser muy buena amiga y escucha. Mándame DM o correo, nunca es tarde para platicar con alguien acerca de tus sentimientos.

Infinitamente gracias por leer hasta aquí y deseo enormemente que encuentres tu luz, tu paz, y sobretodo, te reencuentres a ti mism@.

Con mucho cariño, 

Lú.